viernes, 28 de septiembre de 2018

La Guerra de los Diádocos : El Reparto del Imperio.

La Guerra de los Diádocos : El Reparto del Imperio.

Cuando Alejandro El Grande, o Alejandro Magno, murió en el 323 a. C en Babilonia, dejó un problema de sucesión en su recién creado imperio. Por una parte estaba Arriadeo, un bastardo de Filipo que los macedonios aceptarían. Y por otra parte estaba Roxana, la mujer de Alejandro, que estaba encinta. Finalmente, los generales del estado mayor de Alejandro decidieron que si nacía un varón del vientre de Roxana, Arriadeo y el futuro hijo se repartirían el territorio. 

En la imagen Alejandro Magno


Después de decidir esto los generales fueron distribuyéndose cargos y provincias (satrapías en Asia). En Europa, Antípatro tomó el control de Grecia, Epiro, Iliria y Tesalia). Después estaba Pérdicas, que no controlaba ningún territorio específico, pero todos los sátrapas estaban bajo su autoridad. La idea del reparto de las satrapías y regiones fue de Ptolomeo, que en su favor se reservó Egipto, y después creó la dinastía Ptolemaica. Otros generales como Antígonos se quedó con Frigia, Licia y Panfilia. Eumenes de Cardia recibió Paflagonia y Capadocia. Las demás provincias fueron repartidas entre generales de segunda fila y macedonio, ya que con la muerte de Alejandro se acabó con todos los sátrapas persas que continuaban en su cargo. 


La muerte de Alejandro provocó varias rebeliones. Una de ellas fue la de griegos asentados en Bactriana, que el sátrapa de Media solucionó. En Grecia el pensamiento antimacedonio era aún más fuerte, cosa que provocó que Etolia y Atenas se aliaran, junto con muchas ciudades más, contra Antípatros. Éste último tuvo que huir y refugiarse en Lamia. Con la ayuda del sátrapa de Frigia en el 322 Atenas firmó un decreto en el que se sometía directamente a Macedonia, y no a la Liga de Corinto, como era antes. 

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Talat Pasha El Sanguinario Turco

Talat Pasha El Sanguinario Turco





Pasha fue el arquitecto clave del genocidio armenio, uno de los mayores genocidios en la historia moderna. Más de 1 millón de personas fueron masacradas en el lapso de 2 años. Un miembro de los Jóvenes Turcos, Talat se levantó y se convirtió en uno de los tres Pashas que gobernó el gobierno otomano en 1913 hasta el final de la desastrosa Primera Guerra Mundial. 

Muchos turcos musulmanes llegaron a ver el aumento del nacionalismo de los armenios cristianos como una amenaza para la existencia del estado otomano. Ya se habían instalado programas contra los armenios en años anteriores, posiblemente con la muerte de cientos de miles. 30,000 murieron en la masacre de Adana en 1909. Una vez que entraron en la Primera Guerra Mundial, el esfuerzo del otomano terminó en un fracaso total. Las fuerzas rusas y armenias establecieron un miniestado armenio en 1915 y, por lo tanto, Talat Pasha trató de castigarlos. 

Las fuerzas de seguridad acorralaron a 250 intelectuales y líderes armenios en Estambul en 1915, y finalmente los ejecutaron. Después de aprobar una Ley de Deportación, Pasha ordenó que se llevaran a cabo deportaciones y ejecuciones contra toda la población armenia. Durante las deportaciones, las condiciones fueron deplorables y los hombres fueron separados rutinariamente del resto y ejecutados. 

Muchos prisioneros fueron torturados y víctimas de horripilantes experimentos médicos. Muchos murieron de hambre y sed. En algunos casos, las víctimas eran crucificadas a imitación de Jesús, y los turcos se burlaban de sus victimas diciéndoles: "¡Ahora que su Cristo venga a ayudarlos!". 
Otros tendrían pinzas y grillos candentes aplicados a su carne. De una población de 2,5 millones de armenios, entre 1 y 1,5 millones perecieron en este período. Después del colapso otomano, Talat Pasha huyó a Berlín y posteriormente fue asesinado allí en 1921. Su asesino fue un sobreviviente del genocidio armenio.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Cueva de Altamira: ¿Quién fue la niña de 8 años que descubrió las pinturas?

Cueva de Altamira: ¿Quién fue la niña de 8 años que descubrió las pinturas?
El hallazgo de las impresionantes figuras de la cueva de Altamira cumple hoy 139 años



El descubrimiento de la gruta se remonta a unos años atrás, concretamente a 1868. Fue entonces, cuando el tejero asturiano Modesto Cubillas dio con la entrada a la cueva mientras trataba de liberar a su perro de caza, que se había quedado atrapado entre las grietas de unas rocas.

Entonces el hallazgo pasó desapercibido (en la zona, de terreno kárstico, hay miles de grutas), pero Cubillas se lo comunicó a Marcelino Sanz de Sautuola, potentado local y aficionado a la paleontología.

Sanz de Sautuola visitó la cueva años después, en 1875, pero no observó nada destacable. En una segunda visita en 1879 fue acompañado por su hija María, quien mientras su padre exploraba la gruta se adentró en una sala lateral y vio una espectaculares pinturas en el techo. "¡Mira, papá, bueyes!", exclamó la pequeña, de 8 años. Acababa de descubrir la "capilla Sixtina del arte rupestre paleolítico"


Las pinturas de la cueva de Altamira fueron el primer conjunto pictórico de la prehistoria conocido en su época. Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos pintados o grabados durante milenios se extienden majestuosos por el interior de la gruta.

De hecho, tras su descubrimiento no faltaron las voces que denunciaron que las pinturas eran falsas, al considerar que sus formas abstractas y sus reproducciones de la vida salvaje eran demasiado sofisticadas para su tiempo (están datadas en el periodo magdaleniense, hace entre 12.000 y 15.000 años). Finalmente, un estudio francés llevado a cabo en 1902 constató su origen paleolítico.


La autoría de las pinturas de la cueva de Altamira



La posibilidad de que las pinturas de Altamira fueran obra femenina se abrió paso en el 2012, cuando en una exposición en Madrid se representó a una mujer pintando la cueva. "Supuso un impacto. Se alzó mucho la voz desde la academia. ¿Por qué ponéis a una mujer, si no está comprobado que lo fuera? Bien, tampoco está comprobado que fuera un hombre", comentó Ana Herranz, investigadora en un proyecto sobre arqueología y mujeres en la Universidad de Jaén.

Lo único cierto es que en la actualidad es imposible discernir si las pinturas fueron obra de mujeres o de hombres. En todo caso, tan aventurado es sostener una hipótesis como la otra.


Visita a la cueva de Altamira
La cueva de Altamira tiene una longitud de 270 metros, con una estructura sencilla formada por una galería con escasa ramificaciones y un final estrecho y de difícil acceso.

Por criterios de conservación, la gruta se cerró al publico en el 2002. No obstante, en el 2015 el Patronato del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira acordó un estricto régimen de acceso controlado y limitado de cinco personas a la semana.

La visita a la cueva de Altamira, de 37 minutos, se realiza bajo un estricto protocolo de indumentaria e iluminación, con un recorrido y tiempos de permanencia definidos para cada zona de la cueva.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Basilio II Bulgaróctono, el asesino de búlgaros

Basilio II Bulgaróctono, el asesino de búlgaros



Basilio II era un poderoso y eficaz gobernante bizantino. Mejor descrito como un "héroe-monstruo", tuvo éxito en todos los frentes y estuvo perennemente involucrado en la guerra. 

Basilio gobernó durante 50 años y condujo al Imperio bizantino a nuevas alturas, expandiendo sus fronteras en su mayor medida. Rápidamente destruyó a todos los que desafiaron su gobierno. Esto incluía a los terratenientes rebeldes, su tío y los invasores árabes. 

Finalmente, se cruzaría con su enemigo, el zar Samuel de Bulgaria, cuyo propio imperio estaba tragándose territorio bizantino. En su guerra contra los búlgaros, Basilio comenzó a tener un éxito constante. Basil finalmente obtendría una victoria definitiva en la Batalla de Kleidon el 29 de julio de 1014 cuando sus fuerzas tomaron la capital enemiga. 

Como castigo, Basilio alineó a los cautivos soldados búlgaros y los dejó ciegos. Dejó intacto un ojo por cada cien hombres para que las tropas encontraran el camino a casa. 

Según se informa, 15,000 búlgaros, aterrorizados, heridos y ciegos; patéticamente se marcharon arrastrando los pies. El zar Samuel se desmayó después de ver regresar a sus soldados y murió de un derrame cerebral. Así, Basilio así obtuvo su epíteto, Basilio II Bulgaróctono, el asesino de búlgaros, a través de este acto monstruoso.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Lope de Aguirre "La Ira de Dios"

Lope de Aguirre "La Ira de Dios"



Aguirre se destaca como uno de los conquistadores españoles más despiadados. Llegó al Perú en 1544 y en 1560 se unió a una expedición de varios cientos de hombres encabezados por Pedro de Ursúa en busca de El Dorado. Aguirre eventualmente se volvió contra el liderazgo de Ursúa y lo hace ejecutar.

El hombre que se hizo cargo, Fernando de Guzmán, pronto también sería ejecutado. Aguirre declaró "Yo soy la Ira de Dios" y se hizo cargo de la misión. Los que permanecieron en la misión que estaban en su contra fueron ejecutados. Mientras navegaba por el Amazonas, Aguirre masacró a quienes conoció en el camino.

En 1561 se manifestó en abierta rebelión contra la corona española al tomar Isla Margarita, frente a la costa de la actual Venezuela, de los colonos españoles. Fue rodeado y capturado en Barquisimeto. Con su ejecución acercándose, Aguirre habría asesinado a su propia hija para asegurarse de que nadie más que él la amara.

lunes, 17 de septiembre de 2018

La Espada de Mamai

LA ESPADA DE MAMAI (fragmento de "KULIKOVO")



Una leyenda popular cuenta que, en su precipitada huida tras la derrota en la batalla de Kulikovo en 1380, Mamai, el comandante del ejército tártaro-mongol, estuvo a punto de morir ahogado en las aguas del río que se vio obligado a vadear a su paso y, aunque logró salir vivo a la otra orilla, perdió en sus aguas su espada con la empuñadura de oro. En recuerdo a aquel incidente el río recibió el nombre de Krasívaya Mecha (literalmente, “hermosa espada”). 
A lo mejor, la espada de Mamai aún yace en el fondo de este río en la región de Tula, Rusia...

viernes, 14 de septiembre de 2018

Marco Polo, el veneciano universal

Marco Polo, el veneciano universal


El célebre mercader y viajero Marco Polo, que descubrió a los europeos las maravillas de China, nació el 15 de septiembre de 1254 en Venecia.



Hay muy poca información fidedigna sobre Marco Polo, más allá de la que recoge su famoso libro de viajes: aparece en algunos documentos venecianos de la época, pero no en las fuentes asiáticas, lo que ha llevado –junto al hecho de que en el libro no se mencione la Gran Muralla, el té ni la escritura china– a algunos historiadores a poner en duda la veracidad total o parcial de su relato, e incluso que llegara realmente hasta Mongolia y China. Pero sabemos que nació el 15 de septiembre de 1254 en una familia de comerciantes venecianos y que su padre, Niccolò, y su tío, Maffeo, tenían una empresa (fraterna compagnia) con sucursal en Constantinopla.

El viaje por el que pasaría a la Historia partió de Venecia en 1271, cuando Marco contaba diecisiete años. Así, si hemos de creer al propio relator de los hechos –y son mayoría los expertos que lo hacen, al menos en lo esencial–, el joven acompañó a su padre y su tío en una larga embajada comercial que los llevaría por la Ruta de la Seda hasta la corte del emperador mongol Kublai Kan, en Pekín. Diez años antes, los hermanos Polo ya habían efectuado un viaje similar sin el sobrino; pero esta vez el periplo duró más de dos décadas, en las que también visitaron Birmania, Indochina o Ceilán y Marco Polo se convirtió en consejero del mismísimo Gran Kan.

En 1295, los Polo regresaron a Venecia y Marcó fascinó a todos con sus historias de lo vivido en el Lejano Oriente y con la exhibición de las riquezas allí obtenidas. Pero el factor decisivo para la fama del veneciano más universal fue, paradójicamente, su encarcelamiento. En 1298, en el marco de la guerra entre las repúblicas de Génova y Venecia, fue apresado y compartió celda con el escritor toscano Rustichello de Pisa, al cual le dictó para la posteridad el relato de sus viajes. El libro fue inicialmente publicado con el título de Il Milione (El millón), aunque es más conocido como Libro de las maravillas o, sencillamente, Los viajes de Marco Polo. Su éxito fue inmediato y hoy es todo un clásico de la literatura tardomedieval.

El viaje de Marco Polo

La elección del nuevo papa se retrasaba (acabaría siendo la más prolongada de la historia) así que Niccolò y Maffeo iniciaron el viaje de regreso a la corte de Kublai Kan en 1271, pero esta vez acompañados por Marco, que ya tenía diecisiete años. Llegaron a Acre, donde se encontraron de nuevo con Tedaldo Visconti, que quizá estaba allí en relación con la cruzada en la que estaba embarcado el futuro rey Eduardo I de Inglaterra. Tras desviarse a Jerusalén para hacerse con el aceite de la lámpara del Santo Sepulcro, siguieron viaje hasta Layas donde se enteraron de que la elección papal había recaído precisamente en Tedaldo Visconti, que adoptó el nombre de Gregorio X. Regresaron de inmediato a Acre, en una galera facilitada por el rey León III de Armenia Menor, donde Visconti les facilitó nuevas credenciales además de hacer que les acompañaran dos frailes dominicos, aunque estos pronto abandonaron el largo viaje.

Marco pronto se ganó el favor de Kublai Kan, quién le hizo su consejero. Poco después Marco pasó a ser emisario del kan, quien le daría diversos destinos a lo largo de los años. En sus diecisiete años de servicio al Kan, Marco Polo llegó a conocer las vastas regiones de China y los numerosos logros de la civilización china, muchos de los cuales eran más avanzados que los contemporáneos europeos.

Cuando una embajada del rey de Persia le solicita a Kublai Kan una princesa para el rey, los Polo la acompañan, decidiendo regresar a Venecia.



Ruta seguida
Salida de Venecia.
Desembarco en Acre.
Marcha a través del Creciente Fértil hasta llegar a Tabriz.
Llega a la capital imperial en Pekín.
Atraviesa China hasta llegar a Pagán, en Birmania.
Vuelve a Pekín, donde se inicia el viaje de vuelta.
Marcha hacia el sur hasta Yangzhou.
Embarca en Zaitun.
Rodea las costas de China meridional, Indochina, Malaca y Sumatra.
Cruza el golfo de Bengala hasta Ceilán y sigue la costa de la India hasta la península de Kathiawar.
Desembarco final en Ormuz y nuevo regreso a Tabriz.
Cruza el Cáucaso y embarca de nuevo en Trebisonda.
Recala nuevamente en Constantinopla y regresa finalmente a Venecia.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Jeanne Baret: la primera mujer en circunnavegar el mundo

Jeanne Baret: la primera mujer en circunnavegar el mundo

Se encargó de gran parte de la labor botánica en la expedición de Bougainville y quisieron dejarla atrapada en Isla Mauricio.




Hay quien dice que la buganvilla debería tener otro nombre. No el de Luis Antoine de Bougainville, capitán de la expedición francesa que, en el siglo XVIII, trajo a Europa todo un aluvión de nuevas plantas. Tampoco el de quien era su botánico oficial, Philibert Commerson. Más bien parece que gran parte del mérito correspondería a quien era su oscuro asistente, Jean Baré, que le cuidaba mientras estaba enfermo (la mayor parte de los tres años que estaba previsto que durara la expedición), y que resultó en realidad llamarse Jeanne Baret y ser una mujer.

Una mujer con un profundo amor por la botánica y que fue quien hizo la mayor parte del trabajo de campo ante la imposibilidad de aquél de salir de su camarote... hasta que su secreto se reveló y ella y Commerson fueron obligados a desembarcar, en castigo por haber contravenido la norma de que las mujeres no podían enrolarse en la Marina Real francesa. Podía haberles ido peor: en algunos casos, la desobediencia acarreaba incluso la pena de muerte.


En algún momento entre 1760 y 1764, Baret había entrado a servir en la casa de Commerson. Apenas se sabe gran cosa de ella, más allá de que había nacido en 1740 en La Comelle, en Borgoña, y que muy pronto se había quedado huérfana. Sin embargo, era perfectamente capaz de leer y escribir al conocer a Commerson, algo totalmente inusual para la época. Cuando la mujer de éste falleció, Baret se convirtió en la práctica en la amante de éste, hasta el punto de que llegó a concebir un hijo que fue entregado en adopción. Y cuando él se convirtió en el botánico oficial del rey, le siguió a la corte.

Nuevas tierras

En 1766, Francia, que quería recuperar el terreno perdido en la época de las grandes exploraciones frente a Gran Bretaña y España, organizó una gran expedición científica por América y Oceanía para encontrar nuevas tierras y ampliar el conocimiento de las ya descubiertas. Commerson fue asignado a ella y, ante la perspectiva de tener que separarse de Baret, decidieron organizar un engaño: aprovecharon su salud precaria para que se aprobara que viajara con un asistente. Haciéndose pasar por hombre, Jeanne subió al barco en otro puerto, como si no se conocieran previamente. Como precaución, el botánico había hecho testamento dejándole todo a ella.

Hasta 1768 se mantuvo la ficción. En un barco abarrotado como aquél en el que viajaban, la mala salud de Commerson fue una suerte, porque se le asignó el amplio camarote del capitán para que su "asistente" pudiera cuidarle, el único además que poseía aseos propios; además, la condición de él les daba una excusa para aparecer lo menos posible en público. Cada vez que el barco tomaba tierra, ambos descendían, pero la mayor parte del laborioso trabajo lo ejercía ella, que sentía una verdadera devoción por la botánica. La cosecha final sería de 3.000 nuevas plantas; Commerson se reservó ponerle su nombre a 70 de ellas; sólo una recibió el de Baret, y encima luego fue removido en un cambio en la clasificación.

Atrapados en la isla

Pero el frágil teatro no podía durar. Ya algunos indígenas de las islas del Pacífico, notaron desde el primer momento que quien decía llamarse Jean Baré era en realidad una mujer. En 1768, mientras el barco estaba anclado en Isla Mauricio se supo a ciencia cierta y, como castigo, Bougainville hizo abandonar el barco a la pareja, que se quedó sin medios para volver a Francia. Commerson murió allí en 1773, y Jeanne tuvo que poner en marcha una taberna en Port Louis para sobrevivir. Mientras, el fruto de su trabajo causaba sensación científica en toda Europa.

Finalmente, Baret terminó por conocer a un oficial francés, Jean Dubernat, con quien terminaría casándose en 1774. Gracias a ese matrimonio pudo acompañarle de vuelta a Francia. Allí por fin se podría cumplir el testamento de Commerson, y recibió toda su herencia. Además, Luis XVI le concedió una pensión vitalicia en agradecimiento a sus servicios en la expedición, en el que la reconoció como la primera mujer en dar la vuelta al mundo.

Baret vivió hasta 1807, y los años posteriores vieron cómo el recuerdo de su labor científica se perdía. Hasta que en 2012, con motivo de la aparición poco antes de su primera biografía, escrita por Glynis Ridley, The Discovery of Jeanne Baret, el botánico norteamericano Eric Tepe quiso darle el nombre de Solanum baretiae a una especie sudamericana emparentada con la patata, el tomate y la berenjena. Por fin algo de su enorme labor se plasmaba en el saber que tanto había contribuido a expandir.