miércoles, 20 de marzo de 2019

Juana de Portugal : La Reina Infiel.

Juana de Portugal : La Reina Infiel.

La infanta de Portugal y reina consorte de Castilla murió con tan solo 36 años.




Juana de Portugal nació el 20 de marzo de 1439 como hija de Eduardo, rey de Portugal y Eleonora de Aragón. Nunca conoció a su padre, pues murió el 9 de septiembre de 1438 y le sucedió su hermano Afonso.

El 21 de mayo de 1455, Juana se casó con el rey Enrique IV de Castilla para el que era su segunda esposa. La primera había sido Blanca II de Navarra, a quien repudió después de 13 años de matrimonio alegando que el matrimonio no podía consumarse. 
Enrique era 14 años mayor que Juana. Enrique y Juana también eran primos hermanos.

Dio a luz a su primer hijo seis años después del matrimonio el 21 de febrero de 1462. La niña fue bautizada como Juana, pero pronto comenzaron a correr rumores de que era hija de Don Beltrán de la Cueva, primer duque de Alburquerque, de quien se sospechaba seguía siendo el amante de Juana de Portugal. La niña fue apodada 'La Beltraneja.' 

Y es que Juana de Portugal es una de las mujeres más incomprendidas de la historia, ya que nunca se llegó a un acuerdo claro sobre su papel como Reina de España a finales del siglo XV. Algunos la han descrito como una persona hambrienta de poder, mientras que otros la vieron como una víctima de un marido que no la apoyaba. 

Como decimos, Juana fue la segunda esposa de Enrique IV, ya que su primer matrimonio de trece años fue anulado ante la exposición de que nunca se había consumado. Siete años después de su matrimonio, nació la pequeña, que se rumoreaba era fruto de una aventura con Beltrán de la Cueva, asesor de la corte, siendo él su verdadero padre. Juana y Enrique negaron esa afirmación e insistieron en que ella era la legítima heredera del trono.

Durante este período, Juana insistió en que los hermanos y hermanas adolescentes de Enrique, Alfonso e Isabel, fueran apartados de su madre enferma. Muchos vieron esta decisión como una forma de asegurarse de que el camino de su hija a la corona no encontraría obstáculos.

El creciente estado de descontento entre el reino de Castilla llevó a nobles y campesinos a apoyar al hermano de Enrique, Alfonso, para que fuera el próximo rey, alegando que él era el heredero legítimo del trono. Juana se opuso enérgicamente usando todas sus conexiones políticas para tratar de detener este movimiento en crecimiento.

Pero a medida que crecían los rumores de las indiscreciones sexuales de Juana, uno de los términos de los nobles en la negociación fue que Enrique desterrara a su esposa de la corte para vivir con el obispo Fonseca, uno de sus mayores partidarios durante el conflicto. Enrique estuvo de acuerdo, con objeto de tratar de mantenerse en el poder y complacer a quienes lo rodeaban.

Poco después surgió el escándalo de que Juana tuvo una aventura amorosa con el sobrino del obispo y se quedó embarazada de gemelos. Esto confirmó los rumores anteriores y, combinado con la debilidad del rey Enrique, la nobleza tuvo éxito al obligarlo a abandonar el poder y nombrar a Alfonso como rey de Castilla.

El reinado de Alfonso solo duró unos años, ya que murió misteriosamente poco después de haber recibido el nombramiento. Una nueva guerra surgió buscando al heredero del trono. Juana trató una vez más de colocar a su hija como heredera legítima al trono, pero todos los conflictos anteriores la habían dejado esencialmente con poco poder. Isabel demostró ser más fuerte, se casó con el rey Fernando de Aragón y obtuvo el apoyo de los nobles. Finalmente Isabel fue declarada Reina.

Finalmente, Juana de Portugal murió en Madrid, lejos de todo el poder que una vez buscó.

No hay evidencia para probar o refutar todas las afirmaciones que se hicieron sobre ella, pero está claro que ella era una figura complicada. Tal vez lo único que quería era mantenerse en el poder por todos los medios necesarios o tal vez solo era una mujer en busca de amor y de apoyo a su familia, pero, en general, nadie puede negar que era una mujer fuerte y poderosa.