lunes, 28 de octubre de 2019

Margarita Nelken: los crímenes de una diputada del PSOE que tiene calles dedicadas a su nombre.

LA DIPUTADA DEL PSOE QUE ORDENÓ EL ASESINATO DE MUJERES CATÓLICAS Y MONÁRQUICAS

Margarita Nelken: los crímenes de una diputada del PSOE que tiene calles dedicadas a su nombre.



La “memoria histórica” impulsada por el PSOE se está usando no sólo para inventar una historia de buenos y malos, sino también para ocultar los crímenes de miembros de ese partido.

Una diputada del PSOE que se pronunció contra el derecho de voto de la mujer



Hoy me ocuparé de un claro ejemplo de esa perversa forma de manipular la historia. Me refiero a Margarita Nelken Mansberger, que fue diputada del PSOE entre 1931 y 1936, en la Segunda República. Nelken se hizo famosa por su rechazo al voto femenino en 1931, postura que defendió con el siguiente argumento: “Poner un voto en manos de la mujer es hoy, en España, realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario“ (La mujer ante las Cortes Constituyentes, 1931). Sin embargo, hay un aspecto de su vida que se trata con menos frecuencia a pesar de ser mucho más grave: su participación en los crímenes de guerra cometidos por militantes de izquierda en el bando republicano durante la Guerra Civil Española. Yolanda Cabezuelo Arenas le dedicó un artículo muy completo al tema, incluyendo testimonios españoles y extranjeros que dan fe de la maldad de esa persona y su participación en las chekas, los centros de detención, tortura y asesinato de prisioneros políticos establecidos por socialistas, comunistas y otros grupos.

El artículo de Margarita Nelken incitando al asesinato de mujeres por ser católicas y monárquicas

Sobre Nelken es habitual leer los testimonios del entonces cónsul de Noruega en Madrid, el conservador Félix Schlayer, o del escritor Edgar Neville. De este último se suele citar lo que escribió en un artículo titulado “Margarita Nelken o la maldad”, publicado en septiembre de 1938 en la revista falangista Y: “En aquel terrible Madrid de agosto del 36, cuando el terror llegaba al máximo, apareció una noche en «Claridad» un artículo de Margarita Nelken en que pedía a las milicias no se limitaran a asesinar hombres, sino que incluyeran en “los paseos” a las esposas, novias o hermanas de los perseguidos“. El artículo mencionado por Neville fue publicado en el citado periódico “Claridad” (portavoz del ala caballerista del PSOE) el 28 de agosto de 1936. El artículo también lo cita Pelayo Jardón Pardo de Santayana en la página 407 de su libro Margarita Nelken: del feminismo a la revolución (Sanz y Torres, 2013).

En ese infame escrito, Nelken distinguía a las “mujeres” de las “hembras” (sus enemigas, a las que también llama “alimañas”), definiendo así a las segundas: “Allí las tenéis, en los atardeceres sevillanos, paseando con algazara por calle de Tetuán con sus estampitas del sagrado corazón y sus lacitos bicolores al pecho. Se dicen católicas y monárquicas“. Después de retratar a esas “hembras”, Nelken justificaba su eliminación con estas palabras: “A las alimañas se las aplasta por eso, porque son alimañas, y a las fieras dañinas, el hombre debe suprimirlas para salvaguardia de la Humanidad. Allí las tenéis, camaradas. Allí habréis de encontrarlas“. Dicho sea de otra forma: Nelken justificaba el asesinato de mujeres por el mero hecho de ser católicas y monárquicas.


El testimonio de Juan García Oliver, ministro de Justicia en el bando republicano



En 1978, la editorial Ruedo Ibérico publicó “El eco de los pasos”, autobiografía del anarquista Juan García Oliver (el libro se puede encontrar en Google en PDF). Este personaje fue ministro de Justicia del Gobierno republicano del 4 de noviembre de 1936 al 16 de mayo de 1937, siendo presidente del Consejo de Ministros el socialista Francisco Largo Caballero. Durante su etapa como ministro, fue él quien designó al también anarquista Melchor Rodríguez como delegado especial de prisiones, un hombre que logró frenar las matanzas de presos iniciadas por socialistas y comunistas, salvando así a cientos o miles de personas, por lo cual se le apodó “El Ángel Rojo” (en su entierro en 1972, en pleno franquismo, se dieron cita anarquistas y falangistas, algo paradójico, sin que hubiese ningún incidente). García Oliver dedica algunas menciones a Margarita Nelken en ese libro. En la página 306 relata una conversación con el coruñés Eduardo Val, secretario del Comité de Defensa del sindicato anarquista Confederación Nacional del Trabajo (CNT), justo antes de hacerse cargo García Oliver del Ministerio de Justicia. Esto le dijo Val:

“Quiero apercibirte de los manejos que se trae la comunista Margarita Nelken, que al frente de un comité de Juventudes Socialistas Unificadas es quien asume las funciones ejecutivas de la justicia en Madrid. Opera camuflada en una pequeña oficina del Ministerio de la Guerra. Ten cuidado con los que la rodean; la mayor parte son jóvenes guardias de Asalto vestidos de paisano“.

La referencia a Nelken como “comunista” en noviembre de 1936 es llamativa. Según la Fundación Pablo Iglesias del PSOE, Nelken se afilió al Partido Comunista de España (PCE) en diciembre de 1936, pero hay que tener en cuenta una cosa: en abril de ese año se habían fusionado la Unión de Juventudes Comunistas de España (del PCE) y las Federación de Juventudes Socialistas (del PSOE), dando lugar a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). El 15 de junio de 1936 se convirtió en secretario general de la JSU Santiago Carrillo, que había sido justo antes secretario general de las Juventudes Socialistas. Carrillo y Nelken pertenecían al sector del PSOE más izquierdista y más próximo a Francisco Largo Caballero, y la fusión de las juventudes socialistas y comunistas acabó sirviendo para que muchos miembros del ala más marxista del PSOE se fuesen al PCE.

Las referentes terroristas rusas de la dirigente del PSOE



En la página 309 de sus memorias, García Oliver vuelve a mencionar a Nelken, señalando “lo que se murmuraba sobre las actividades a que se dedicaba la Nelken y los fugaces resplandores que dejaban a su paso los núcleos de jóvenes socialistas unificados que ella acaudillaba, no se sabía si por mandato de los jefes comunistas o porque ella quisiese imitar a los socialistas revolucionarios de izquierda de la revolución rusa, entre los que tanta preponderancia tuvieron en el pasado las mujeres de acción, como la Peroskaia y la Spiridinova”. Con esto último García Oliver se refería a la terrorista rusa Sophia Perovskaya, miembro de la organización socialista Narodnaya Volya, y a la también terrorista rusa Mariya Spiridónova, dirigente del Partido Socialrevolucionario de Izquierda.

En la página 310, García Oliver relata un encuentro con la diputada socialista, en la que el ministro anarquista le espetó lo siguiente: “Solamente vengo a rogarte que te apartes de todo cuanto parezca ejercicio de la justicia. De hoy en adelante, correré con las responsabilidades. Pero solamente con las mías”. En la discusión que se produjo a continuación, García Oliver le preguntó a Nelken: “Tú, intelectual de valía, militante socialista de hace muchos años, ¿crees que con vuestras andanzas nocturnas estáis haciendo la revolución?“ Finalmente, en la página 311 García Oliver revela a qué se refería con esas palabras, señalando que Nelken, “conocedora del nihilismo, del socialismo revolucionario de izquierda rusos y del espartaquismo alemán, hizo un esfuerzo por parecerse a Spiridinova, Peroskaia y Luxemburgo, equivocando el camino al tomar el de la acción terrorista irresponsable, que empezó, según me contara ella misma, en la matanza de los derechistas detenidos en la cárcel Modelo de Madrid y prosiguió en aquellas noches de espanto, luchando a su manera contra el bandolerismo sangriento de la quinta columna”.

Lo que escribió García Oliver sobre la actividad criminal de Nelken



García Oliver vuelve a citar a la diputada socialista en la página 346, hablando sobre “los grupos de ejecución que capitaneaba Margarita Nelken” en Madrid. En la página 464 habla de “los casos de muertes violentas por «paseos» o hechos semejantes, como los derivados de la acción del «Tribunal de la Sangre» de Valencia, los llevados a cabo por la Dirección de Orden público, los que se cometían en las chekas de partidos y organizaciones; en fin, las actividades de Margarita Nelken y sus jóvenes socialistas unificados de Madrid“. Nuevamente, el entonces ministro de Justicia de la República señala los crímenes de la dirigente socialista. En la página siguiente, García Oliver vuelve a referirse a “los integrantes de las chekas, empezando por Margarita Nelken y sus jóvenes socialistas unificados”, y habla sobre su idea de facilitar a periódicos extranjeros un “un abultado expediente de todas las chekas comunistas”, idea planteada a Juan Negrín, dirigente del PSOE y presidente del Consejo de Ministros desde el 17 de mayo de 1937 (Negrín se negó siquiera a recibirle), si no daba marcha atrás a su idea de amnistiar a los autores de crímenes de guerra como los citados de Margarita Nelken. En la página 366 García Oliver señala lo que le dijo a Mariano Gómez González, presidente del Tribunal Supremo de la República. Transcribo aquí la conversación:

– García Oliver: O rompe ahora mismo esa infamia de proyecto de decreto, o de aquí me paso al despacho del fiscal general de la República y denuncio a usted como ejecutor de la indignidad jurídica más grande que se haya cometido: la de haberse constituido, usted como presidente de un tribunal, en la cárcel Modelo de Madrid y haber juzgado a unos presos, haberlos oído y condenado a muerte, cuando llevaban ya más de 24 horas ejecutados por Margarita Nelken y su grupo de jóvenes socialistas unificados. Y le aseguro que de todo ello tenemos en el extranjero, presto a ser entregado a varios periódicos, un expediente completo.
– Mariano Gómez: ¡Pero cálmese usted, mi querido amigo! ¿Cómo supo usted lo de Margarita Nelken y lo del juicio?
– García Oliver: Me lo contó la propia Margarita Nelken. Después, con paciencia de benedictinos, abrimos sumario.

El PSOE considera a Nelken “un modelo a seguir” y 20 localidades le dedican calles



Así pues, lo que acabamos de ver es un testimonio directo de un hombre que fue ministro de Justicia del bando republicano reconociendo que Nelken le confesó su participación en crímenes de guerra, concretamente el asesinato de presos políticos. Imaginaos la repugnancia que provoca, después de leer eso, encontrarse con que la web del PSOE cita a Margarita Nelken como una de las “grandes figuras históricas del socialismo español”, en un artículo firmado en 2012 por Rafael Simancas, hoy diputado nacional del PSOE y secretario general de su grupo parlamentario en el Congreso. En la misma web se cita a Nelken como “un modelo a seguir”, calificándola como “feminista”, curioso adjetivo para alguien que rechazó el voto femenino y que incitó al asesinato de mujeres por sus creencias religiosas o sus ideas políticas. Pero lo más indignante es comprobar que Margarita Nelken tiene calles dedicadas a su nombre en Madrid, Santiago de Compostela, Granada, Vitoria, Zaragoza, Avilés, Cantillana, Conil de la Frontera, Galapagar, Getafe, Guadix, Jerez de los Caballeros, La Puebla de Cazalla, Maracena, Miguelturra, Monesterio, Motril, Talavera la Real, Tocina y Torrejón de Ardoz.


Un crimen de guerra es un crimen de guerra sea cual sea la ideología del criminal y de su víctima. Dedicar calles a una persona que cometió crímenes de guerra es alto intolerable en un país democrático, por mucho que el PSOE se crea con derecho a homenajear a los criminales que tuvo en sus filas durante la Guerra Civil, lo cual es una humillación hacia sus víctimas, cuyos asesinatos parecen justificarse con el hecho de homenajear a la asesina. Obvia decir que es un grandísimo gesto de cinismo y de hipocresía presumir de desenterrar a Franco mientras se dedican calles a criminales de guerra como Nelken, como Santiago Carillo y como Lluis Companys. Una vez más, queda claro que la “memoria histórica” del PSOE no es un intento de reconocer el sufrimiento de tantas víctimas inocentes de uno y otro bando. Para nada. Lo que los socialistas pretenden es ocultar o, lo que es peor aún, blanquear los crímenes de los suyos.


viernes, 26 de julio de 2019

A 200 años de la batalla del Pantano de Vargas 1819-2019

A 200 años de la batalla del Pantano de Vargas

El enfrentamiento, clave para las tropas libertadoras, fue el más sangriento de la campaña.



Épico. Ese es tal vez el adjetivo que mejor describe lo ocurrido con las tropas patriotas en el Pantano de Vargas, el 25 de julio de 1819, hace exactamente 200 años. Ese día se jugó en buena parte el éxito de la campaña libertadora.

Fue un combate desequilibrado. Las tropas al mando de Simón Bolívar llegaron agotadas, después de cruzar el páramo de Pisba. El ejército libertador se encontraba mal vestido, algunos con camisas de mujer donadas por las damas de Socha, en minoría en cuanto a número de hombres, pero con coraje, decisión y una fe inquebrantable. 

Los realistas, al mando de José María Barreiro, disciplinados, descansados, con fama de valientes, bien dotados de armas, municiones y flamantes vestuarios. Además, se hicieron dueños de los lugares más ventajosos del terreno.

El objetivo de Bolívar era llegar a Tunja y cortar las comunicaciones con Santafé. Para Barreiro, era la oportunidad de acabar con todo el ejército enemigo y de esta forma con la insurrección. Fue el enfrentamiento más sangriento de la campaña libertadora. 

La batalla, según documentó el historiador Héctor Muñoz Bustamante en su obra ‘Diario de la independencia’, se desarrolló en el Pantano de Vargas “un angosto valle situado a unos de kilómetros al oriente de Paipa, tiene cerca de cuatro kilómetros de longitud de sur a norte y uno y media de ancho de oriente a occidente”.



La parte plana de este sector está surcada por algunas quebradas que desembocan en el río Sogamoso. Una de estas es la Varguitas, cuyas aguas se estancan en medio de la planicie, formando los charcos que se conocen como el pantano. Estos son terrenos de la Hacienda Vargas, por eso el ‘Pantano de Vargas’.

Adversidad

El 25 de julio arrancó con adversidad. A las cuatro de la mañana el ejército libertador comenzó la faena de pasar en balsas el río Surba para tomar el camino de Vargas. Varias de las frágiles embarcaciones se dañaron, de manera que la operación se retardó y sólo se terminó a las 10 de la mañana. 

“Los espías le llevaron temprano el informe a Barreiro – quien esperaba en Paipa- de que los patriotas se estaban movilizando. Inmediatamente el jefe español alzó el campo y con gran rapidez se fue a detener la marcha de las tropas de Bolívar”, narró Muñoz.

Más o menos a las 10 de la mañana se encontraron en un punto conocido como la Cruz de Murcia las descubiertas de ambos ejércitos.

Las primeras horas peleó únicamente la infantería, las tropas patriotas, conformadas por llaneros y una legión extranjera proveniente de las guerras napoleónicas, llevaron la peor parte. En las primeras horas del combate fueron arrollados por el ejército realista, muy superior en número de hombres.

El empuje de las unidades españolas obligó a los patriotas a retroceder, pero sin ofrecer la espalda en ningún momento. 

El desequilibrio llegó hasta tal punto que Barreiro gritó: “Viva España! Ni Dios me quita la victoria....!” , mientras le ordenaba a su caballería avanzar. Bolívar, que observaba con angustia el desarrollo de la acción, cuando advirtió que la caballería realista empezaba a movilizarse como una gran serpiente erizada de lanzas, exclamó: “Se nos vino la caballería... se perdió la batalla....!

Pero, en el entretanto, el coronel Juan José Rondón que lo escuchaba le dijo: “Cómo se ha de perder mi general, si mis llaneros ni yo hemos peleado? Déjenos hacer una entrada, mi General...!” y Bolívar, más escéptico que confiado replicó: “¡haga lo que pueda! Salve usted la patria, coronel...!”.

El coronel Rondón bajó entonces el cerro e hizo un llamado a la caballería patriota. La voz fue escuchada los famosos 14 lanceros, a quienes se hicieron desde la retaguardia las tropas de la legión extranjera, al mando del irlandés James Rooke muerto a consecuencias de las heridas recibidas en dicha batalla.

El replanteamiento del escenario libertador tomó fuerza con dos descuidos que cometió el general Barreiro, quien en ese momento ya celebraba la victoria española. La caballería de la tropa realista se dispersó en medio de la batalla y la lluvia que en el momento era torrencial arruinó los rifles españoles, porque literalmente se mojó la pólvora. 

La valentía de las tropas patriotas, las inclemencias del clima y los errores de los realistas llevaron en definitiva a la victoria del ejército libertador. 

El enfrentamiento se extendió desde las 11 de la mañana hasta las seis de la tarde con resultados terribles: 850 muertos, 500 realistas y 350 patriotas incluida la legión británica. 

Lo demás es historia. La victoria en el Pantano del Vargas fue el elixir de la vida que tanto necesitaba el ejército libertador, y que terminó ayudándolo a alcanzar, 13 días después, la gloria en la batalla de Boyacá.

viernes, 19 de julio de 2019

50 Años De La Llegada del Hombre A La Luna

50 Años De La Llegada del Hombre A La Luna

En 2019 se cumplen 50 años de la llegada del hombre a la Luna, un hito histórico que llevaron a cabo los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a bordo del Apolo XI. La llegada del hombre a la Luna es una de las mayores hazañas de la historia de la humanidad.



El ser humano primitivo ya se preguntaba hace miles de años  qué había más allá, en los cielos, desde el momento en el que pudo mirar hacia arriba y tuvo la capacidad para preguntarse quién es, de dónde viene y hacia dónde va. 

Por ello, no solo colocar un artefacto humano sobre otro cuerpo celeste, sino transportar en él a los primeros humanos dispuestos a pisarlo (aunque sea nuestra ‘cercana’ Luna a 384.000 kilómetros de distancia) supone un hito tecnológico y, además, antropológico, casi filosófico. El 20 de julio de 1969 cambió la concepción del espacio vital humano, reconociéndose que se tenía, y se tiene, capacidad para colonizar otros mundos fuera de la Tierra.

No podemos olvidar que la llegada a la Luna fue un logro motivado por la Guerra Fría, en una carrera espacial que culminó con la hazaña de Neil Armstrong, Buzz Aldrin, Michael Collins, y milles de ingenieros y operarios de la NASA.

Aquel día, los tres astronautas tomaron un completo desayuno y se encaminaron a la rampa de lanzamiento en Cabo Cañaveral (brevemente bautizado como Cabo Kennedy), desde donde despegaría el cohete Saturno V, ante millones de personas (la mayoría no autorizadas) que se agolpaban para no perderse el despegue en las inmediaciones.

Otro aspecto importante de la misión Apolo XI es que no solo rompería moldes por lo histórico de su objetivo, sino que los medios de comunicación de masas (y por primera vez la televisión) iba a emitir un acontecimiento de exploración espacial como este. Los que lo vivieron seguramente lo recordarán como si estuvieran viviendo en un sueño de futuro.

Tras cuatro días de viaje sin ningún incidencia reseñable, y tras capturar algunos vídeos a color del aspecto de la Tierra a cientos de miles de kilómetros de distancia, el módulo lunar hacía los últimos metros pilotado por Neil Armstrong para posarse en el Mar de la Tranquilidad. Horas después, el primer humano posaba su pie sobre la Luna en directo ante millones de espectadores: “Es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”; y minutos más tarde, el segundo humano hacía lo propio: “Magnífica desolación”.

Los astronautas volvieron a la Tierra reconocidos como héroes, como una suerte de Beatles de la exploración espacial.

El programa Apolo (serían 12 misiones, la mitad de ellas estaban diseñadas para alunizar, y así lo hicieron) se diseñaron con el expreso propósito de explorar los límites más inmediatos a la Tierra de una manera mucho más precisa, incluyendo órbitas lunares, terrestres, y el reconocimiento del terreno lunar. La última de ellas tuvo lugar en 1972, y desde entonces no hemos vuelto a pisar nuestro satélite. De hecho, no lo haremos hasta 2024, con el programa Artemisa (bello y poético nombre de la esposa de Apolo), el capítulo siguiente de la historia de la humanidad en su camino a la conquista de nuevos mundos.


Los dos primeros hombres en pisar la luna

La llegada del hombre a la Luna fue uno de los acontecimientos más importantes de la historia a nivel mundial.

En el hipotético caso de que la famosa misión espacial de 1969 con destino a la Luna hubiese acabado en desastre -pues existía la posibilidad de que los astronautas de la NASA no pudieran regresar de la superficie de la Luna-, este habría sido el discurso del por entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon:

“El destino ha querido que los hombres que fueron a la luna a explorar en paz permanezcan en la luna para descansar en paz. Estos valientes hombres, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, saben que no hay esperanza para su recuperación. Pero también saben que hay esperanza para la humanidad gracias a su sacrificio. Estos dos hombres han sacrificado sus vidas en el objetivo más noble de la humanidad: la búsqueda de la verdad y la comprensión.
Serán llorados por sus familiares y amigos; serán llorados por su nación; serán llorados por la gente del mundo; serán llorados por una Madre Tierra que se atrevió a enviar a dos de sus hijos a lo desconocido.

En su exploración, animaron a las personas de todo el mundo a sentirse como una sola; en su sacrificio, unen con más fuerza a la hermandad del hombre.
En la antigüedad, los hombres miraban las estrellas y veían a sus héroes en las constelaciones. En los tiempos modernos, hacemos lo mismo, pero nuestros héroes son hombres épicos de carne y hueso.
Otros seguirán, y seguramente encontrarán su camino a casa. La búsqueda del hombre no será negada. Pero estos hombres fueron los primeros, y seguirán siendo los primeros en nuestros corazones.
Por cada ser humano que mire a la luna en las noches venideras, sabrá que hay un rincón de otro mundo que es para siempre la humanidad”.

Afortunadamente, este discurso redactado por William Safire que ensalzaba el sacrificio de los astronautas pues, en el caso de que no pudieran volver “los astronautas acabarían por morir de hambre o tendrían que suicidarse", nunca tuvo que llegar a ser pronunciado, puesto que la misión fue todo un éxito y el hombre pisó la Luna por primera vez.

Neil Armstrong



El piloto de pruebas de la Armada, ingeniero y veterano de la Guerra de Corea, Neil Armstrong, trabajó como piloto experimental de pruebas para el Comité Nacional Asesor de Aeronáutica (NACA), que luego se convertiría en la NASA. Armstrong fue asignado como astronauta en 1962, y voló en la misión Gemini 8 en 1966, donde realizó el primer procedimiento exitoso de acoplamiento espacial. Armstrong fue seleccionado para ser el primer hombre en caminar sobre la luna. Aunque dar los primeros pasos en la Luna es el motivo principal por el que siempre será conocido Armstrong, para él, el mayor logro de la misión fue hacer aterrizar el módulo lunar. “Los pilotos no se alegran especialmente al caminar: a los pilotos les gusta volar. Los pilotos se enorgullecen de un buen aterrizaje, no de salir del vehículo”, explicaba Armstrong.
Armstrong renunció a la NASA en 1971 y se convirtió en profesor de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Cincinnati durante ocho años. No era un hombre al que le gustara especialmente la fama.
Neil Armstrong murió el 25 de agosto de 2012, a la edad de 82 años a causa de complicaciones de cirugía cardíaca.


Edwin Buzz Aldrin



Antes de unirse a la NASA, el astronauta del Apolo 11, Buzz Aldrin, fue piloto de caza de la Fuerza Aérea y realizó 66 misiones de combate en Corea. Fue una figura clave en las misiones de la órbita terrestre baja de Géminis que contribuyó al desarrollo de las técnicas que permitieron que las misiones de Apolo finalmente alcanzaran la Luna. En total, Armstrong y Aldrin pasaron 21 horas y 36 minutos en la superficie de la Luna. Fue el segundo hombre en pisar la Luna. Al contrario que Armstrong, a Aldrin siempre le han gustado los medios de comunicación y era habitual verlo en programas de entrevistas e incluso apareció en "Dancing with the Stars" en 2010. Como curiosidad, se convirtió en la persona de mayor edad en llegar al Polo Sur a los 86 años de edad en 2016, donde dijo que tuvo una experiencia cercana a la muerte. Buzz Aldrin es de los pocos astronautas que pisaron la Luna que aún sigue vivo. Tiene en la actualidad 89 años.

jueves, 27 de junio de 2019

La monja medieval que simuló su muerte para vivir en la "lujuria"

La monja medieval que simuló su muerte para vivir en la "lujuria"



La historia medieval está llena de sorpresas. Esta vez, la sorpresa sucedió dentro de un convento. Historiadores ingleses han realizado un hallazgo por demás curioso sobre la vida de una “monja lujuriosa”,  al clasificar los libros medievales de la Universidad de York.

En los márgenes de un libro de registros de negocios de los arzobispos de York, descubrieron unas notas escritas en latín, que el arzobispo William Melton escribió en 1318, sobre la vida de una monja llamada Joan de Leeds. En estas notas, Melton explicaba que la religiosa "había dejado imprudentemente la propiedad de la religión y la modestia de su sexo".



La historia se ponía aún más interesante en otro de los apuntes que Melton había hecho sobre Joan de Leeds: "una mente maliciosa que había simulado una enfermedad corporal para luego simular que estaba muerta, sin temer por la salud de su alma y con la ayuda de numerosas cómplices, hacedoras del mal, y que con malicia premeditada elaboraron un maniquí similar al cuerpo de Joan con el objetivo de engañar a los fieles devotos. Ella no tuvo vergüenza en procurarse un entierro en el espacio sagrado entre los religiosos del lugar".



Más adelante, Melton detallaba que Joan de Leeds dio la espalda a la religión y que “seducida por la indecencia, se involucró irreverentemente y pervirtió arrogantemente su camino de vida conduciéndola hacia la lujuria carnal y lejos de la pobreza y la obediencia”. No es el único caso del que se tenga registro, pues en los márgenes de otro libro se cuenta la historia de la monja “Cecily”, que abandonó los hábitos y vivió con “Gregory de Thornton, tres años o más".

viernes, 21 de junio de 2019

Cuando el Guaraní fue declarado única lengua oficial del Paraguay

Cuando el Guaraní fue declarado única lengua oficial del Paraguay



Un 28 de mayo de 1933, durante la Guerra del Chaco, el comandante del Ejército en Campaña, José Félix Estigarribia, mediante la Orden General Nº 51 “Declara al guaraní como idioma oficial de la Guerra” ordenando que las conversaciones y claves secretas se hagan exclusivamente en la lengua guaraní para mantener la máxima seguridad posible en las comunicaciones durante el desarrollo de las maniobras bélicas.

La citada orden general también disponía que toda infracción a esta disposición sobre el tráfico telefónico, su secreto y las reglas para el uso del teléfono sería severamente sancionada.

La lengua guaraní acompañó a los jefes y soldados, en los motes que utilizaban los soldados para referirse a sus jefes o camaradas. Como ejemplo se citan: Akã guasu (Gral. Estigarribia), Leon Karã (Cnel. Rafael Franco), Jakare Valija (Tte.1º Manuel Irala Fernández), Merõ Ra’ỹi (soldado José Velázquez).

En muchos episodios de la Guerra, el guaraní sirvió para que los paraguayos se identifiquen y se evitaran así inútiles matanzas entre ellos. Como idioma criptográfico, el guaraní ofreció serias dificultades para los bolivianos.

La mayoría de las claves utilizadas para los despachos estaban en guaraní. Así por ejemplo, Aguara’i (patrulla de reconocimiento); Ambere (cañón 75mm); Saijovy (bala perdida); Jagua perõ (recluta), Kuña (proyectil).

El guaraní sirvió también para los momentos de solaz y esparcimiento. También estuvo en las obras teatrales y las canciones de los grupos musicales que animaban a las tropas dándoles ánimo e infundiéndoles valor.

lunes, 6 de mayo de 2019

La Batalla de Las Navas de Tolosa 1212

La Batalla de Las Navas de Tolosa 1212

Las Navas de Tolosa, también llamada en árabe como la «batalla de Al-Uqab», tuvo lugar en Santa Elena, el 16 de julio del año 1212 de nuestra era, y enfrentó al bando cristiano bajo los mandos de Alfonso VIII de castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra contra las tropas del perverso califa musulmán Muhammad An-Nasir cuyo número ascendía al de 120.000 musulmanes almohades frente a los 70.000 cristianos entre los que había castellanos, aragoneses, leoneses, navarros, portugueses, y miembros de órdenes militares y religiosas. La victoria de las Navas de Tolosa supuso un gran empuje en la tarea de reconquista.



La unificación cristiana contra las demoníacas tropas musulmanas

Quedaron atrás las disputas y las batallas territoriales entre los diferentes reinos que conformaban la Península Ibérica con el objetivo de hacer frente a «Miramamolín», como así llamaban los cristianos a Muhammad An-Nasir.
El califa tenía la intención de derruir los cimientos cristianos, cuya obra empezó su malvado padre como así se vio en la victoria musulmana que tuvo lugar en la batalla de Alarcos donde Fernando VIII fue derrotado por la caballería almohade.

Sin menospreciar al enemigo, Fernando VIII pidió audiencia papal tras ver como el enemigo se acercaba amenazador hacia Toledo. Fue el Papa Inocencio quien logró unificar a los reinos cristianos en uno solo (al menos momentáneamente) en lo que llamó «la cruzada contra los musulmanes». Solo faltó a la cita Alfonso IX, rey de León, pero sí acudieron sus caballeros.


La batalla más sangrienta de la Edad Media

Se cree que la batalla de Las Navas de Tolosa fue una de las más sangrientas y con mayor repercusión que ocurrieron durante el medievo. El gran número de participantes en ambos bandos se tradujo en 20.000 bajas musulmanas por 12.000 de los cristianos. Se cuenta en la tradición popular que un pastor guió a los beligerantes cristianos a través del paso de Despeñaperros para pillar desprevenidos a los musulmanes por su retaguardia.

Tras algunas escaramuzas, el ejército cristiano estaba preparado para el ataque en su desplazamiento hacia el sur. Era un día de brillante sol, especialmente caluroso.

Don Diego López de Haro II, que había participado durante la batalla de Alarcos, comandaba la primera línea. Sus hombres, según las crónicas, eran caballeros señoriales y cistercienses, occitanos, voluntarios leoneses o jóvenes caballeros.

Sabedor de las estrategias usadas por el ejército enemigo, se esperó la decisión musulmana, que fue la de batirse en retirada con el fin de simular una derrota pero donde, al otro lado, esperaban los mejores soldados de Muhammad An-Nasir. Pero Don Diego López sabía de la estratagema, y la segunda línea fue avisada.

El haz central medianero de los cristianos estaba ocupado por santiaguistas, hospitalarios, calatravos y templarios, todos ellos caballeros de órdenes militares. Las tropas musulmanas contaban, sobre todo, con bereberes norteafricanos y subsaharianos.



La caballería pesada cristiana, que atacó por ambos flancos, supuso que el avance fuese entonces imparable. Se persiguieron a las tropas musulmanas, que huían despavoridas, desde el atardecer hasta la caída de la noche.

El ataque de las fuerzas cristianas fue avasallador, y el propio Sancho VII de Navarra fue junto a dos centenares de caballeros hacia la posición de Muhammad An-Nasir, en la que se encontraba junto a sus senegaleses, los «im-esebelen», que eran su Guardia Negra personal, la última línea de defensa conocida especialmente por su bravura que fueron derrotados ante el ímpetu de Don Sancho VII y sus caballeros. «Miramolín», que veía como los cristianos se le habían echado encima, huyó cobardemente a galope hasta Baeza, donde hizo una única parada para cambiar de caballo con el fin de llegar hasta Jaén.
Sancho VII liberó a los esclavos encadenados que pensaba sacrificar «Miramolín» luego de la batalla.


El fin de la batalla

Los testimonios recogidos cuentan como Alfonso VIII se paseaba por el campo de batalla, donde la carnicería que había tenido lugar era realmente abrumadora. Tras el enfrentamiento se consagraron como botines de guerra de la victoria: el pendón de Las Navas, conservado en Burgos, en el Monasterio de Las Huelgas – aunque realmente se le atribuye a Fernando III de Castilla tras la conquista del valle de Guadalquivir – entre otros objetos como una bandera o una pica de la guardia personal del Califa.


Los musulmanes que sobrevivieron y no pudieron huir, se hicieron prisioneros y fueron llevados a Aldea del Rey (en la actual Ciudad Real) para construir el Castillo de Calatrava la Nueva para sustituir a la Fortaleza de Salvatierra, que cayó durante la batalla de Alarcos y que no se recuperó hasta años después de las Navas de Tolosa.

Algunos de los actuales historiadores hablan de las Navas de Tolosa como el día más determinante de la reconquista española, debido a que fue el gran impulsor para hacerse finalmente, tras la batalla, con Vilches, Úbeda, Baeza, Ferraz o Baño hasta poner fin los musulmanes con su expulsión en Granada, en 1492.


lunes, 29 de abril de 2019

Gonzalo Jiménez de Quesada Conquistador y Colonizador Del Nuevo Reino de Granada

Gonzalo Jiménez de Quesada Conquistador y Colonizador Del Nuevo Reino de Granada (1509-1579) 



Nació en Córdoba en 1509. Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca. A mediados de 1535 se embarcó en la expedición de Pedro Fernández de Lugo, que tenía como destino Santa Marta, a donde llegaron en 1536. El 5 de abril de 1536 partió con 670 soldados para explorar el río Magdalena, en busca del Perú.

Sus filas fueron mermadas por el hambre y los repetidos ataques de los indígenas. Llegaron a la planicie de Cundinamarca, que bautizó como Nuevo Reino de Granada, y en ella fundó el 6 de agosto de 1538 la ciudad de Santafé de Bogotá.

Donde actualmente queda Bosa, coincidieron Jiménez de Quesada, Nicolás de Federmann y Sebastián de Belalcázar, por lo que cada uno de ellos se atribuía la conquista del territorio. Regresaron a España para que la Corona dirimiera la disputa. Al no ser reconocidos sus méritos se dedicó a actividades particulares, hasta que en 1550 regresó a Bogotá como miembro del Cabildo, donde llevó una vida «desarreglada», en la que se llenó de deudas. Siendo anciano, inició en 1560 una nueva expedición, en la que perdió casi todos sus hombres y 150.000 ducados. Falleció arruinado el 16 de febrero de 1579 en Mariquita (Nueva Granada Actual Colombia).