lunes, 1 de octubre de 2018

Mary Ann Cotton, la asesina del arsénico sin compasión

Mary Ann Cotton, la asesina del arsénico sin compasión, 
una auténtica mujer asesina, ¡una feminazi loca! 



Muchos recordarán la comedia negra «Arsénico por compasión», dirigida por Frank Capra (1944), donde un Gary Grant desatado descubría que sus ancianas tías disponían una curiosa manera de practicar la caridad. Larga también es la tradición en la literatura anglosajona de matar con venenos varios y, entre todos los escritores, Agatha Christie fue la reina ya que contaba con la experiencia adquirida durante la I Guerra Mundial como voluntaria en la farmacia del hospital de su ciudad, Torquay. Allí llegó a dominar e identificar múltiples especies así como su composición para usos medicinales pero, también, pudo estudiar su alto elemento tóxico y mortal.

Durante la época victoriana el arsénico fue utilizado abundantemente para varias soluciones, desde maquillaje hasta dietas, o incluso baños; pero también como veneno para matar. Los síntomas del arsénico son muy similares a una gastroenteritis y en entornos de pobreza era común que el médico, ante los síntomas y de manera práctica, diagnosticara las fiebres junto los espasmos y los dolores abdominales, como fiebres infecciosas del estómago o tifus.

Y es en este entorno victoriano donde aparece Mary Ann Cotton: una mujer que ostenta la dudosa reputación de ser la primera asesina serial reconocida en Reino Unido, una asesina sin compasión. Mujer de la que se cree que mató hasta veintiuna personas entre ellas a maridos e hijos y cuya motivación era económica. Condenada y ajusticiada en la cárcel de Durham en 1873, el juicio fue extremadamente rápido. 

Mary Ann Cotton, nombre de soltera Mary Ann Robson, nació en un entorno familiar muy pobre un 31 de octubre de 1832 en Low Moorsley, en lo que es ahora la ciudad de Hetton-le-Hole en Sunderland e, históricamente, condado de Durham. Se sabe que en 1852 se casó con William Mowbray y tuvieron ocho hijos de los cuales siete morirían así como también el marido. Todos de una “fiebre gástrica”. William Mowbray disponía de un seguro de vida considerado sustancioso para una familia humilde. Después de cobrar la póliza Mary Ann dejó a la hija superviviente, Isabella, con su madre para trabajar como enfermera. Pronto conocería a George Ward con el que se casaría pero al poco tiempo Ward moriría por las mismas causas y Mary Ann sería la beneficiaria de otra póliza de vida. Posteriormente entró a trabajar como ama de llaves de James Robinson, un hombre que había enviudado recientemente. Nada más empezar a trabajar, uno de los hijos murió de la misma enfermedad. Encontrándose Mary Ann embarazada de Robinson fue informada de que su madre se hallaba enferma trasladándose para cuidarla y, a pesar de que se recuperaría prontamente, escasos días después moriría de fuertes dolores intestinales. Mary Ann regresaría de nuevo junto a Robinson con su hija Isabella pero las desgracias se seguirían sucediendo: al poco tiempo Isabella y dos hijos de James Robinson fallecerían también. El matrimonio tuvo dos hijos de los que sólo sobreviviría uno. Ante la insistencia de Mary Ann para que su marido contratara una póliza, Robinson sospechó de las intenciones de Mary Ann y la echó de casa.

Al cabo de un tiempo conocería a Frederick Cotton. Sólo entrar en su vida moriría la hermana de Cotton y el hijo menor de ésta por las mismas causas. Mary Ann se casó con Frederick Cotton aún estando casada con Robinson y tras sólo un año después de la boda moriría Cotton y dos hijos más, así como también un amante de Mary Ann cobrando ella los seguros y las pertenencias.

Pero quizás Mary Ann Cotton necesitaba hacer publicidad sobre sus logros y, de manera inexplicable, le contó a un párroco que el único hijo vivo de Frederick Cotton le estorbaba para añadir después que “seguramente moriría pronto”. El vicario se extrañó ya que había visto al niño y éste se encontraba en perfecto estado de salud pero al fallecer pocos días después, el párroco avisó a la policía de sus sospechas y fue en ese momento cuando se consideró todas las extrañas muertes de sus anteriores maridos e hijos más los cobros de las pólizas, entendiendo que en realidad no eran muertes fortuitas sino que se trataba de asesinatos. Inmediatamente el cadáver del niño Charles fue exhumado y se constató que había arsénico en el estómago.

Los anteriores crímenes no pudieron demostrarse y Mary Ann nunca confesó ser autora de ellos. Fue condenada a la horca siendo el verdugo “algo torpe” con la medida de la cuerda y la muerte de Mary Ann Cotton no fue rápida sino que sufrió una agonía dolorosa de más de tres minutos, pagando así sus múltiples crímenes.

Recientemente, en 2016, se ha lanzado con éxito la miniserie para la televisión «Dark Angel», con Joanne Froggatt en el papel de Mary Ann Cotton. La serie está basada en el libro «Mary Ann Cotton: Britain’s First Female Serial Killer» del criminólogo David Wilson.