viernes, 14 de diciembre de 2018

La sonda Voyager 2 entró en espacio interestelar y se encamina al universo profundo

La sonda Voyager 2 entró en espacio interestelar y se encamina al universo profundo

De acuerdo con la agencia espacial estatal de Estados Unidos, esta sonda lanzada hace décadas ahora está en un espacio intermedio entre sistemas solares.



Se va, se va, se fue. Después de un trascendental viaje de 41 años, la Voyager 2 cumplió su destino de abandonar la heliosfera y convertirse en la segunda nave espacial interestelar después de la Voyager 1, según confirmó esta semana la NASA.

La sonda Voyager 2 fue lanzada por la NASA el 20 de agosto de 1977, 16 días antes de su doble Voyager 1, en una misión para explorar Júpiter y Saturno. Después de este éxito, la misión de la Voyager 2 de explorar el Sistema Solar continuó y se convirtió en la primera nave espacial en explorar los gigantes de hielo, Urano y Neptuno. Posterior a completar esa parte de su misión en 1989, la pareja de vagabundos galácticos ha sido apuntada hacia el espacio profundo.

“Por segunda vez en la historia, un objeto hecho por el hombre ha alcanzado el espacio entre las estrellas”, dijo la NASA en un comunicado el lunes. “La sonda Voyager 2 de la NASA ahora ha salido de la heliosfera, la burbuja protectora de partículas y campos magnéticos creados por el Sol”, agregaron.

Al infinito y más allá

Vale la pena señalar que la nave no ha “abandonado el Sistema Solar” por completo. En realidad ha entrado en el espacio interestelar al pasar la capa helicoidal, la capa más externa de la “burbuja magnética” del Sol, más allá de la cual la velocidad de los vientos solares cae dramáticamente.

En el caso de la Voyager 1, resultó difícil confirmar de manera definitiva que había superado el helio y había ingresado al espacio interestelar, demorando casi un año en comprobarse.

Sin embargo, se ha observado que la nave espacial Voyager 2 estaba recogiendo una cantidad cada vez menor de partículas heliosféricas desde noviembre de este año, alimentando los rumores de que su gran salida era inminente . A principios de diciembre, se observó un nuevo descenso.

A diferencia de su gemelo, la nave espacial Voyager 2 todavía está armada con su instrumento Plasma Science (PLS), lo que significa que debería ser capaz de transmitir cierta información invaluable sobre la naturaleza del helio y el medio interestelar fuera de nuestro Sistema Solar.

“Trabajar en Voyager me hace sentir como un explorador, porque todo lo que vemos es nuevo”, agregó John Richardson, investigador principal del instrumento PLS y científico investigador principal del Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge. “Aunque la Voyager 1 cruzó la heliopausa en 2012, lo hizo en un lugar diferente y en un momento diferente, y sin los datos de PLS. Así que todavía estamos viendo cosas que nadie ha visto antes “.

Las naves espaciales Voyager también son conocidas por llevar adentro sus llamados “registros dorados“, dos registros fonográficos que contienen sonidos e imágenes de la vida en la Tierra, diseñados para actuar como una cápsula del tiempo para la vida extraterrestre inteligente o los futuros humanos.

Adiós, Voyager 2, ha sido un placer.