Nueva Albión : La posesión británica que llamamos California
Sir Francis Drake (1540-1596) fue el terror de los mares caribeños de la época isabelina; vicealmirante, corsario, pirata a secas para una España que lo apodaba el Drake, también tuvo rol de explorador y reclamó California para Inglaterra. La controversia sobre en qué lugar de la Costa Oeste desembarcó se ha zanjado 433 años después. Tradicionalmente los historiadores han asegurado que el punto exacto era la península de Point Reyes en el norte de San Francisco. Otros apuntan a que Drake desembarcó en otros lugares de la costa del Pacífico: desde San Francisco, Oregón, la Columbia británica o incluso Alaska.
Quién ha resuelto definitivamente la disputa ha sido el secretario de interior estadounidense, Ken Salazar, que ha designado Point Reyes como la ensenada en la que arribó el Golden Hind de Drake. Este decretazo forma parte de una iniciativa que ha definido los 27 sitios históricos que “poseen un valor excepcional en ilustrar e interpretar la historia de Estados Unidos”. Los historiadores han apoyado la decisión de Salazar, mientras que los aficionados y los cronistas amateurs de toda la Costa Oeste “barren para casa” al asegurar que el pirata desembarcó en otros puntos
Tras saquear zonas de Brasil, el Río de la Plata, Valparaíso y 25.000 pesos de oro peruano, Drake puso rumbo al norte por la costa del Pacífico, más allá de Nueva España. El Golden Hind necesitaba reparación urgente, por lo que el 17 de junio de 1579 tocó tierra para remozar su embarcación. La tripulación dejó clavada una placa de bronce reclamando esas tierras para la reina Isabel I y tuvo contacto con los nativos, posiblemente del pueblo Miwok. En los diarios de Drake se cuenta que encontró un buen puerto natural, protegido de los vientos del oeste y de la niebla. Drake la llamaba fogges y le recordó a Inglaterra, por lo que la llamó Nova Albión, como el antiguo nombre de Gran Bretaña. Se dice que dejó algunos hombres como colonos. El punto preciso fue alterado en los mapas para que no lo descubrieran los españoles. Realmente todo rastro se perdió cuando se quemó el palacio de Whitehall en 1698. Una vez reparado el barco zarparon rumbo a casa circunvalando mundo.